martes, 29 de agosto de 2017

LOS 9 TRESMILES DE ARGUALAS- PANTICOSA


Una vez más, nos acercamos a nuestros admirados Pirineos para afrontar una de las actividades mas satisfactorias de las muchas que ofrece esta cordillera. Se trata de una ruta en la que pisaremos en el día 9 cumbres de más de 3.000 m de altitud, en un recorrido de aproximadamente 16 km con un desnivel positivo de unos 2.200 m , 4.400 m acumulados.
Establecemos el "campamento base" en el refugio Casa de Piedra en Baños de Panticosa, de dónde partiremos antes del amanecer. Tenemos por delante 10-11 horas de trabajo duro.

Foto: Emílio del Bosque

Estas son las cumbres:

Infierno Occidental, 3.073 m
Infierno Central, 3.082 m
Infierno Oriental, 3.076 m 
Pico Arnales, 3.002 m
Aguja de Pondiellos, 3.011 m
Garmo Negro, 3.051 m
Algas Norte, 3.032 m
Algas, 3.036 m
Argualas, 3.046 m

Comenzamos a ascender por una zona boscosa que pronto se abre y seguimos hacia las Mallatas. Con un último esfuerzo alcanzamos el collado de Pondiellos, que ya nos sitúa a algo más de 2.800 m de altitud. Bajamos a los ibones de Pondiellos buscando la arista herbosa que nos irá acercando a la cima del Infierno Occidental. Desde aquí, las vistas son espectaculares.

Foto: Nevasport.com


Foto: Nevasport.com

Foto: Nevasport.com


Foto: Emílio del Bosque
El omnipresente Midi d'Osseau.

Seguimos camino volando por encima de la Marmolera para alcanzar el Infierno central y el oriental: 

Foto: Nevasport.com


Ahora toca descender unos metros para tomar el camino hacia el Arnales, para lo cual destrepamos una canal con pasos delicados que nos suben el nivel de adrenalina. Parece ser que hay varias formas de hacer esta bajada, según se puede leer en las diferentes crónicas que se encuentran en la Red.


Foto: Emilio del Bosque

Foto: Mielero1980.wordpress.com
Bueno, ya van cuatro.

Una vez hecha la foto en el Arnales, caminamos de nuevo al collado de Pondiellos para acercarnos al otro sector donde nos esperan las cinco cumbres restantes.
Desde ese collado trepamos una canal bien protegida y después de una pequeña arista ya estamos en la Aguja de Pondiellos. Desde aquí divisamos la subida que deberemos afrontar para llegar al Garmo Negro y que nos pone un poco serios, aunque una vez metidos en harinas era menos de lo que parecía.



Foto: Emilio del Bosque
Foto: Emilio del Bosque
En poco tiempo solucionamos el paso y nos colocamos en la cima del Garmo Negro. Aquí nos regalamos una pequeña parada para comer algo más consistente, aunque no conviene distraerse pues nos quedan unas horas de ruta, la temperatura es de 1-2 º C y nos han caído unas chispitas de nieve.
Arrancamos hacia las tres últimas cumbres siguiendo la arista que bordea el abismo y tras hollar el Algas Norte y su homónimo, nos enfrentamos a otra arista, aérea donde las haya, con pasos que quitan el hipo al mas valiente. Con paciencia y buen hacer, turnándonos en los pasos delicados, alcanzamos el noveno tresmil: el Argualas.

Foto: Mendikat.net
Ahora toca descender 1.400 m. El camino de vuelta se hace algo pesado debido a las horas, los kilómetros y el desnivel acumulados. Encima, durante todo el recorrido restante se puede ver el refugio al fondo, al que parece que nunca vamos a llegar. Pero sí, llegamos sanos, salvos y con la satisfacción de haber completado esta maravillosa ruta, absolutamente recomendable. 



Foto: Emilio del Bosque



Se han de tener en cuenta los riesgos objetivos que presenta este recorido: altitud, desnivel, horas de duración, trepadas, destrepadas, exposición, etc. que la sitúan en un nivel de dificultad considerable.

Realizada el 9 de agosto de 2017 por Diego, Emilio, Rafa e Ignacio.

miércoles, 2 de agosto de 2017

PICO URRIELLU POR LA VÍA PIDAL-CAINEJO (V). JULIO 2017


Nos embarcamos en esta aventura mi querido amigo y maestro Paco y un servidor, Prusik, para escalar esta vía mítica que dio origen a la escalada moderna en España. Cuesta creer que el Cainejo (Gregorio Pérez Demaría), mejor conocido en su pueblo como "el atrevidu" y el marqués de Pidal hicieran esta escalada con una cuerda de pita, alpargatas el marqués y descalzo el Cainejo. Y lo que es más: bajar por el mismo sitio. Cuando hay que apretar en las "panzas de burra" a 200 m del suelo, comprendes que hay gente hecha de otra pasta.


Así se presentaba nuestro objetivo


Salimos del collado de Pándebano un viernes para ir ascendiendo paso a paso hacia el vivac a pié de vía, donde pasaremos casi tres días de forma autónoma y escalando. Porteando nuestras pesadas mochilas y con una niebla que nos libra del sol, alcanzamos el refugio de Vega de Urriellu. Tenemos claro nuestro destino y apenas si paramos para cargar con 5 litros de agua cada uno, que hacen que el peso aumente en 5 kg, que nos ponen a prueba en la Canal de la Celada. Al final, prueba superada: alcanzamos nuestro "hotelito mil estrellas" con vistas al mar de nubes y de agua.









Ahí abajo se adivina nuestro alojamiento


Esa misma tarde decidimos calentar motores escalando los dos primeros largos de la vía del Paso Horizontal, cara Sur, que utilizaremos al día siguiente para descender de cumbre unidos a la Teógenes, con idea de evitar la saturada bajada de la Martínez con la consecuente lluvia de piedras que nos preocupa bastante.







Por hoy ya es bastante. Ahora a descansar y prepararse para mañana.





Este atardecer compensó la dureza del día.


Al día siguiente nos ponemos en marcha y llegamos a pié de vía dónde tan solo una cordada se nos había adelantado. Escalan ágiles y la espera es corta, así que empezamos el primer largo, con una travesía bastante laboriosa aunque no demasiado difícil. El segundo largo comienza con la conocida Llambrialina, donde se pone a prueba la adherencia de nuestros pies de gato y nuestra sangre fría. Salimos encima de una cueva y toca hacer un paso de grado II caminando, con las cuerdas recogidas para evitar desprendimientos. Eso si, con buen patio. Así alcanzamos el hombro noroeste, con una vista espectacular del refugio por un abismo de 200 m. Por fin comienza la escalada vertical, que yo personalmente prefiero a las travesías.






Nos esperan cinco trabajosos largos que vamos sacando con paciencia y buen ánimo. Las dos siguientes reuniones no son muy cómodas, pero después hay premio, llegando a una cueva que nos permite descansar y tomarnos un respiro para la batalla final.













Al fin superamos la última panza de burra y llegamos al último largo que haremos
trepando ya sin ningún tipo de seguro hasta la cima.


Aspecto de la trepada final ¡Ojito con bajar la guardia!




¡Reto conseguido!


Ahora toca bajar por el Anfiteatro a buscar la línea de rapel de la vía Teógenes, que comienza justo en el
 agujero de la Cepeda y a casita a cenar y dormirnos con una sonrisa viendo el cielo cuajado de estrellas.




Gracias amigo Paco por hacer posible estas aventuras que muestran la belleza oculta de las montañas y sus secretos y que nos hacen crecer como montañeros y como personas.